martes, 16 de septiembre de 2014

La primera vez que Vicky cosió

Vicky quería coser un cuento para este blog de cuentos deshilachados. Entonces habló con su tía y le dijo: "me voy a poner a coser". Marta, jubilosa le contestó. ¡Qué ricooo!. Para eso se hizo este blog. Para tejer los recuerdos de las diferentes infancias que hemos vivido en cada generación. Claro que a veces contamos otros cuentos para que no se alboroten mucho los recuerdos. Espero entonces que me lo mandés. Al cabo de un rato sonó el teléfono. En la pantalla salió la foto de Vicky y ella conmocionada y alegre dijo: ¡Tía ya te lo mandé! Y he aquí el retazo de recuerdo que Vicky cosió para hoy.
Como los cuentos sueñan en convertirse en realidad
En algún momento un cuento loco que andaba suelto y jugueteando con los demás, se puso a imaginar cómo sería su vida si nunca fuera olvidado. Era muy diferente a todos porque siempre observaba a las personas y le gustaba escuchar cuando contaban los otros cuentos. Él quería ser especial.
Se acercó a un amigo suyo y le dijo: ¿Sabes que…? Yo tengo un sueño.
- ¿Un sueño?, ¿Cómo así? yo no sabía que los cuentos soñaban…
Pues sí, repuso él, yo sueño y tengo un sueño que quiero que se convierta en realidad…
- ¿Cómo es eso? pregunto el amigo
- Pues es simple. He observado un par de niñas que corren y juegan por toda la casa. A veces se ven diferentes a los demás porque conversan entre ellas y también con sus juguetes; además, en ocasiones llevan algo extraño en la cabeza, que creo que es lo que les permite hacer sus deseos realidad.
Al amigo le empezó a llamar la atención y le dijo: -Continúa por favor, que me está interesando mucho lo que dices-
- He pensado que soy un cuento muy joven pero que no quiere ser nunca olvidado; y tal vez si nos metemos en su imaginación ellas puedan contarnos durante muchos años y quien sabe, que algún día podamos ser ese cuento que se vuelve realidad.
Mmm... Comprendo lo que dices, dijo el amigo, y sabes que, me voy a arriesgar contigo y mañana cuando las niñas se acerquen a jugar, saltamos a su mundo mágico y nos comenzamos a volver parte de él.
A la mañana siguiente llegaron las niñas como era costumbre y comenzaron su largo día de juegos y en la primera oportunidad que encontraron, saltaron sin pensarlo dos veces y entraron a su mundo fantástico.
Comenzó el juego:
Yo voy a ser la mamá Vicky Y yo voy a ser la tía Diana. Vamos a tener dos hijos: el niño se llamara… Capulto, dijo Diana.
-¿Capulto? ¿Y eso que significa? Pregunto Vicky.
-No lo sé – respondió Diana- pero suena gracioso!
- Muy bien, a mí me gusta –dijo Vicky- y yo pondré a la niña Tutierra!
Con el tiempo este cuento que comenzó con amigos imaginarios se personalizó con dos muñecos que llevaron sus mismos nombres. Fueron muy queridos por las niñas y en realidad nunca fueron olvidados y... ¿saben por qué???
Porque hoy en día, Capulto y Tutierra se convirtieron en Nicolas y Salomé… exactamente un cuento de un sueño que hoy en día se hizo realidad.

1 comentario:

  1. Y ese sueño hecho realidad de ser tía fue muchísimo mas bello de lo que imaginé.

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