martes, 28 de octubre de 2014

¿Llegó la música al cielo?

¿Es verdad que llegó la música al cielo? preguntó un cuento que acababa de empezar.
No. Claro que no, le contestó un desconocido. La música ya estaba allí. El que llegó fue Juancho a alborotar a los demás músicos de corazón.
¡Se sabía que él no se iba a quedar callado! Por supuesto que no. Lo dijeron los del Málaga y tenían mucha razón.
No pudo llevar su "tera" de canciones repletas de paisajes, recuerdos, historias de amor y de dolor. No pudo llevar el arpa con su pájaro campana, ni su completa colección de música, que lo hacía fumar y fumar, para aplacar su interna agitación. Tampoco cargó los tangos de hombres y mujeres con los que bebieron y lloraron sus amigos; no llevó boleros, baladas, o su clásica querida, que tesoros tan grandes tenía en su casa y en su alma... ¡por Dios, Juancho, por Dios!
Preservó su saber inmenso en acetatos, cassetes, cd y usb... Y en su alocada, hermosa y desenfrenada pasión, compartió con todo el volúmen las canciones, para obligar a todos a resonar por dentro, colmados de compañías y emoción.
No pudo llevarse nada pero no era necesario. Su llegada fue al corazón mismo de la música. Ese, es hoy su cielo.

1 comentario:

  1. Este cuento es un lindo homenaje para Juan... seguro que el cielo de la música se llenó de alegría con su llegada.

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